miércoles, 11 de junio de 2008

Lesbianos contra lesbianas




Algunos habitantes de la isla griega de Lesbos han denunciado al colectivo de homosexuales de ese país, Olke, por “apropiación indebida” de su gentilicio femenino (lesbiana) para designar a las mujeres gays. ¡Lo que hay que oír! La gente tiene mucho tiempo libre, en serio.
La acusación pide “que se prohíba el uso de las palabras lesvios, lesvia y de los adjetivos lesviakos, lesviaki y lesviako, usados por la comunidad gay de Grecia, porque difaman el lugar de origen de los habitantes de Lesbos”. Además, añaden, la poeta que hizo famosa la isla entre las mujeres que aman a mujeres, Safo, "con sus alumnas tenía solo amores espirituales". ¡Pero que amplitud de conocimientos, amigos! Ya saben más que los estudiosos que llevan décadas investigando el tema.
Además, ¿eso qué más da? Las palabras tienen muchas veces orígenes divertidos, incoherentes… El caso es que ningún juez va a poder conseguir, en caso de que fallase a favor de esta gente (cosa que no parece que vaya a suceder) que dejemos de decir con la cabeza alta eso de YO SOY LESBIANA. ¿Qué pasa, que nos van a poner una multa o meter en la cárcel? Ridículo.
Por supuesto, no todos los habitantes de la isla son igual de homófobos que este puñado de personas absurdas. Supongo, además, que muchos de ellos serán conscientes del dinero que hace su isla con el turismo sáfico. Que si bodas, lunas de miel, excursiones bolleras… en fin, como para poner ahora a la policía a vigilar a ver cómo se llaman las unas a las otras.
-Señora, queda usted detenida por haberle dicho a ese tipo de ahí que intentaba ligar con usted que es lesbiana. A ver, enséñeme su documento de identidad, ¡pero si usted es española, no lesbiana, qué escándalo! Detenida, queda usted detenida.


Y aquí va un regalito para las viajeras.

miércoles, 4 de junio de 2008

Mi gran boda griega




El alcalde de una remota isla griega, Anastassios Aliferis, ha desafiado las leyes discriminatorias de su país casando a dos mujeres y a dos hombres.
Pese a que Grecia es sin duda un destino popular para lesbianas y gays, con multitud de bares e islas vacacionales donde se celebran fiestas y encuentros –entre ellas la famosa Lesbos donde la poetisa Safo instruyó a sus pupilas en los deleites del cuerpo y la mente- tanto la legislación como gran parte de la sociedad siguen siendo homófobas. Las muestras públicas de afecto entre personas del mismo sexo están mal vistas, el ejército no admite homosexuales y el canal de televisión privado Mega fue multado con casi 80.000€ por mostrar a dos hombres besándose en una serie. Además, la iglesia ortodoxa, con gran poder en Grecia, ha dicho de la homosexualidad que es un pecado y un defecto de la naturaleza.
Aliferis no dejó de señalar lo absurdo que era que en un país como Grecia, cuna de la democracia y de los derechos humanos, se siguiera discriminando así a todo un colectivo.