miércoles, 4 de junio de 2008

Mi gran boda griega




El alcalde de una remota isla griega, Anastassios Aliferis, ha desafiado las leyes discriminatorias de su país casando a dos mujeres y a dos hombres.
Pese a que Grecia es sin duda un destino popular para lesbianas y gays, con multitud de bares e islas vacacionales donde se celebran fiestas y encuentros –entre ellas la famosa Lesbos donde la poetisa Safo instruyó a sus pupilas en los deleites del cuerpo y la mente- tanto la legislación como gran parte de la sociedad siguen siendo homófobas. Las muestras públicas de afecto entre personas del mismo sexo están mal vistas, el ejército no admite homosexuales y el canal de televisión privado Mega fue multado con casi 80.000€ por mostrar a dos hombres besándose en una serie. Además, la iglesia ortodoxa, con gran poder en Grecia, ha dicho de la homosexualidad que es un pecado y un defecto de la naturaleza.
Aliferis no dejó de señalar lo absurdo que era que en un país como Grecia, cuna de la democracia y de los derechos humanos, se siguiera discriminando así a todo un colectivo.

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